La semana pasada corrió la noticia de que el fundador de Megaupload, Kim Dotcom, se propuso para financiar un “Partido Pirata” en México. Esta noticia giró por distintos periódicos y medios de comunicación, como es el caso del diario 24 Horas. Hay que aclarar, sin embargo, que lo que Dotcom propuso fue crear y financiar un INTERNET-PARTY, o sea un “Partido de Internet”, que aunque tiene muchos puntos de convergencia no es exactamente lo mismo que un Partido Pirata. Una de las principales diferencias estriba en que el Partido Pirata es una red internacional de organizaciones que comparten un posicionamiento político y un programa de acciones que incluye al Internet, pero no se limita a éste. De cualquier manera, la provocación de Kim Dotcom ha dado mucho qué discutir en los últimos días, y sirve de pretexto para este breve artículo que ofrece algunas reflexiones sobre los PARTIDOS PIRATA.
Entre las comunidades que defienden el acceso a los productos culturales, la privacidad de la información personal, el acceso a la información pública, los derechos digitales, entre otras cuestiones relacionadas con el Internet, la liberad de expresión y las telecomunicaciones, es común que se rechace el término “piratería” para referirse a las formas de circulación cultural que no embonan en los modelos de privatización que los gobiernos y corporaciones buscan imponer en muchos países del mundo en la actualidad, tanto en lo referente a la información y la cibernética, como en lo que respecta a bienes materiales.
Hay quienes consideran, sin embargo, que es correcto utilizar el término “PIRATA” para referirse a los defensores de la LIBRE CULTURA, bajo la metáfora de los barcos piratas que históricamente fueron responsables de abrir nuevas rutas de navegación, poniendo obstáculos al flujo del capital controlado por unos pocos, y permitiendo de este modo que los caminos marítimos se ampliaran. Esto hasta el punto de llevar al descubrimiento de “nuevos mundos”.
Siguiendo la tradición pirata de abrir nuevos caminos, en el año 2006 se creó en Suecia el primer Partido Pirata (Piratpartiet), al cual le seguirían muchos otros. En 2013 se contaron 60 partidos piratas en todo el mundo, incluyendo países tan diversos como Brasil, Croacia, Japón e Italia. En algunos de estos países, el Partido Pirata ha conseguido tener un lugar cada vez más importante en la política oficial, siendo Alemania uno de los máximos ejemplos de ello, con 45 diputados nacionales y 199 miembros del consejo; en otros países, los partidos pirata son organismos pequeños, muchas veces no oficiales, pero que sin embargo contribuyen en la consolidación de una red internacional a favor de esta nueva forma de política.
¿Pero en qué consiste esta nueva forma política? ¿Qué es lo que caracteriza a los partidos pirata? A grandes rasgos, lo que los partidos pirata buscan es generar un modo de DEMOCRACIA DIRECTA, de participación ciudadana activa, con un enfoque centrado en los DERECHOS SOCIALES, en los BIENES COMUNES y en la LIBRE CIRCULACIÓN DE LA CULTURA. Para ello, se pretende implementar mecanismos de participación que hagan uso de las REDES DIGITALES como un modo de interconexión ciudadana. Asimismo, se busca implementar nuevos modelos de PROPIEDAD INTELECTUAL no privativa, como los que propone el MOVIMIENTO DE CULTURA LIBRE -leyes que privilegian el acto de compartir en vez de la apropiación individualista.
En México se fundó un Partido Pirata en el año 2009. Aunque éste no se constituyó como partido político oficial, ha congregado a una comunidad de miles de ciudadanos que comparten las ideas generales de la organización internacional de partidos pirata. Centrando su actividad en las redes sociales (principalmente Facebook y Twitter), el Partido Pirata Mexicano (PPM) ha abierto un campo de discusión importante sobre los derechos digitales, los derechos de autor, la regulación de Internet, la democracia directa, entre otros temas relacionados. Desgraciadamente, actualmente su página de Internet ha dejado de funcionar, y en general su actividad ha disminuido respecto a la que tenían años atrás.
En el panorama actual de “Reformas Estructurales” en México, la privatización se ha vuelto un tema central para nuestra política. Desde la privatización del petróleo y la electricidad que, según consideran muchos especialistas, implica la Reforma Energética, hasta la amenaza de control, vigilancia y clausura de la libertad de expresión que supone la Reforma de Telecomunicaciones, estamos en un momento de lucha por nuestros derechos ciudadanos y humanos más fundamentales.
Más allá de las diferencias entre los partidos pirata y los partidos de Internet, la provocación de Kim Dotcom se vuelve pertinente en un momento histórico como el que vivimos. Urge reactivar y generar iniciativas que apunten a la ACTIVACIÓN CIUDADANA y al ejercicio REAL y DIRECTO de la democracia.